Una piscina infinita en la azotea, de las que se confunden con el horizonte; un silencioso jardín zen con el que poner distancia con el ruido de la ciudad; una sala de cine en la que relajarse sin salir de la urbanización…
Estos son algunos ejemplos de los complementos que ofrece la inmobiliaria ASG Homes en los edificios de los apartamentos de lujo de una de sus promociones en el centro de Estepona (Málaga). Unos espacios comunes que, en el segmento del lujo, siempre han supuesto un plus a la hora de ofertar una vivienda: “Tenemos una mejor comercialización de aquellas propiedades que cuentan con estos extras frente a las promociones que no las tienen”, asegura Víctor Pérez, consejero delegado de ASG Homes.
Tras el confinamiento, estos espacios comunes han pasado a ser un valor fundamental a la hora de decidirse a comprar una casa u otra, no solo para los más afortunados: jardines, parques infantiles, salas de reuniones o piscinas se han convertido en áreas comunitarias requeridas y muy valoradas por la mayoría de compradores, lo que ha hecho variar el precio de las viviendas entre un 10% y un 30%, dependiendo de dónde se encuentren. En las zonas del interior de España, donde predominan las piscinas y las zonas ajardinadas, este aumento puede ser de entre el 20% y el 30%, según Ignacio Castillo, director de la Escuela de Negocios Inmobiliarios (EDN). Mientras que, en la costa, donde estas áreas comunes tienen menos peso e incluso se renuncia a muchas de ellas, la subida ronda entre el 10% y el 15% del precio total del inmueble.
En algunos casos, el cálculo para el incremento derivado de los lugares comunes en las nuevas promociones se estipula a partir de restar metros cuadrados a la vivienda en favor de esas zonas. Según Hortensia Bermejo, socia de la empresa de gestión inmobiliaria BWRE y profesora del máster de Dirección Financiera de ESIC, el aumento puede estar en torno al 5% por cada 10%-15% de metros cuadrados que se reduce la vivienda. Precisamente, el 5% ha sido el porcentaje que ha aumentado el precio de la vivienda nueva en junio, cuando se levantó el estado de alarma, de acuerdo con el Consejo General del Notariado. Los nuevos inmuebles suelen ser más grandes y contar con más servicios comunitarios que los de segunda mano dentro de los núcleos urbanos.
¿Qué espacios son los más comunes?
Manuel Moreno, director corporativo de la promotora Inmoglaciar, ofrece un baremo sobre qué espacios comunes suelen tener las comunidades según el precio del inmueble.
En viviendas de hasta 200.000 euros predominan las piscinas y las zonas verdes; los apartamentos de entre 300.000 y 400.000 euros suelen incluir, además de las piscinas y las zonas verdes, áreas de juegos para niños; mientras que en las que superan los 500.000 euros ya incluyen piscina para adultos, piscina y áreas de juegos infantiles, zonas verdes, salón social y sala gourmet, un espacio con cocina para celebraciones.
“La gente ahora valora más su tiempo en casa y todas las utilidades que le ofrece su vivienda y su urbanización”, apunta Cristina Ontoso, directora comercial de Marketing y Atención al Cliente de la promotora inmobiliaria Vía Célere. El auge del teletrabajo también ha jugado un papel importante en este cambio. “La reducción de los desplazamientos ha provocado que una gran parte de la demanda se haya trasladado del centro de los núcleos urbanos a la periferia en busca de espacios más amplios, con más servicios y con más zonas verdes”, agrega Ontoso.
Las zonas ajardinadas se han convertido en “la joya de la corona” de las urbanizaciones. Son las más habituales en España: se encuentran en el 33,8% de las promociones. Su demanda se ha incrementado en ocho puntos porcentuales desde que terminó el confinamiento, ha pasado del 11% al 19%, según el portal inmobiliario Fotocasa.
A los jardines les siguen los cuartos para bicicletas (24,7%), los parques infantiles exteriores (21%), las piscinas comunitarias (15,6%) y las salas de estudio (11,2%) como los más habituales en las urbanizaciones, de acuerdo con el barómetro de Vía Célere.
“Entre los espacios que menos representación suelen tener están las salas de juegos para niños (en un 7,2%) o los espacios para celebraciones, como la sala gourmet que de momento solo está en el 7% de las promociones en España”, expone Teresa Marzo, directora general de negocio de Vía Célere. La variedad de espacios comunes es grande: desde los típicos trasteros hasta huertos, piscinas cubiertas, áreas de coworking, salones de eventos, gimnasios e, incluso, cines privados.
¿Es posible un ahorro a largo plazo?
El precio de la vivienda no marca la cantidad o la calidad de los espacios comunes que ofrezca. “Es posible que existan las mismas prestaciones en promociones de rangos de precios muy diferentes”, asevera Teresa Marzo. Estos extras tienen que ver más con la exclusividad de la zona y las necesidades de los propietarios, además de la disposición de parcela. Una promoción de lujo puede no contar con terreno suficiente para ofrecer estos servicios.
En general, “estos gastos tampoco se disparan, ya que suelen incluirse en urbanizaciones que cuentan con un número de vecinos elevado. La subida en el recibo de la comunidad suele rondar de media los 25 euros al mes”, subraya Víctor Pérez. Aunque esta cantidad, finalmente, dependerá de la cantidad de zonas y las necesidades de mantenimiento.
Pese a que pueda suponer una contradicción por el aumento del precio total de la vivienda y los gastos de comunidad, usar las zonas comunes podría convertirse en una forma de ahorrar en las urbanizaciones durante las próximas décadas. Según un estudio de Vía Célere, vivir en una urbanización equipada con una variedad de zonas comunes puede suponer entre 7.000 y 10.000 euros menos al año para una familia compuesta por dos adultos y dos niños.
¿Por qué? De acuerdo con el estudio, estas cifras serían el gasto medio que una familia podría destinar a actividades como ir al gimnasio, salir a comer o ir al cine, entre otras. Para promociones con piscina y jardines, “el ahorro para la economía doméstica es poco significativo”, apunta Hortensia Bermejo de ESIC.
Más allá de la piscina de verano
Además de la piscina, el parque infantil, el jardín y la sala de reuniones y fiestas, se han empezado a construir espacios para otras actividades, dependiendo de la envergadura (y el precio) de cada promoción.
Gimnasio. Hacer deporte se ha vuelto una actividad casi imprescindible. Reclamado por aquellos que no tienen tiempo de ir, en algunas promociones no solo disponen de un gimnasio al uso con máquinas: también cuentan con una zona extra para todo tipo de actividades, desde baloncesto a zumba o yoga.
Sala de estudio. Es clave para familias con niños, donde estos pueden hacer los deberes o recibir clases particulares.
Espacios de coworking. Inspirados en los que llenan antiguas naves industriales en las ciudades desde hace unos años. Para teletrabajar y no ocupar parte de la casa.
Wifi. Aunque se trata de un servicio y no una zona común, empieza a ofrecerse en las promociones más exclusivas.
Huerto. Normalmente se instala en jardines o en azoteas y se ha convertido en un extra que refuerza las relaciones vecinales, además de fomentar la educación medioambiental entre los niños. También es interesante porque reduce las emisiones de co².
Solárium y piscina en la azotea. No parecen nada nuevo, aunque sí lo es la ubicación cuando el espacio escasea. Demandados sobre todo si el piso está en el centro de la ciudad. “A las afueras podrían ser básicos, pero aquí cobran especial importancia”, apunta Víctor Pérez.
Sala gourmet. Se trata de un concepto diferente al espacio que hasta ahora se usaba para celebrar cumpleaños infantiles. Suele estar equipada con cocina y mobiliario y sirve para montar cenas, comidas y celebrar un evento.
Habitación para invitados. Suele ser una habitación o un pequeño apartamento totalmente equipado donde alojar a los invitados de los propietarios.
Piscina cubierta. Es un espacio solo al alcance de las viviendas de superlujo, por su alto coste en instalación y mantenimiento. “Pese a esto, es una opción valorada en ciudades de interior, no así en urbanizaciones de costa”, apunta Pérez.
Cine. Una sala equipada con una pantalla de gran tamaño para proyectar no solo películas, sino también acontecimientos deportivos.
Artículo publicado en elpais.com
El gimnasio me parece un plus de lo más atractivo, cada vez más gente busca el buen estado de forma, pero tener el gimnasio lejos lo dificulta. Tenerlo en la comunidad es una grandísima ventaja